Â鶹´«Ã½

En 2020, el n¨²mero de personas en situaci¨®n de pobreza extrema (que viven con menos de 2,15 d¨®lares al d¨ªa) aument¨® a 724 millones. Estas personas tienen dificultades para satisfacer las necesidades m¨¢s b¨¢sicas, como la sanidad, la educaci¨®n y el acceso al agua y saneamiento.

La recuperaci¨®n de la pandemia ha sido lenta y desigual, con un descenso de la pobreza extrema del 9,3% en 2020 al 8,8% en 2021. El conflicto en Ucrania ha perturbado el comercio mundial, lo que ha provocado un aumento del costo de la vida que est¨¢ afectando de manera desproporcionada a la poblaci¨®n empobrecida. Adem¨¢s, el cambio clim¨¢tico plantea amenazas importantes para la reducci¨®n de la pobreza.

Para finales de 2022, las previsiones actuales indican que el 8,4% de la poblaci¨®n mundial; es decir, 670 millones de personas, podr¨ªa seguir viviendo en la pobreza extrema.

La pobreza tambi¨¦n afecta a los pa¨ªses desarrollados. En la actualidad, 30 millones de ni?os crecen en la pobreza en los pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo.

La erradicaci¨®n de la pobreza en todas sus formas sigue siendo uno de los mayores desaf¨ªos a que se enfrenta la humanidad. Aunque el n¨²mero de personas que viven en una situaci¨®n de pobreza extrema se redujo en m¨¢s de la mitad entre 1990 y 2015, pasando de 1.900 millones a 731 millones, un gran porcentaje de personas siguen teniendo dificultades para cubrir las necesidades humanas m¨¢s b¨¢sicas.

Para cumplir el compromiso primordial de acabar con la pobreza y no dejar a nadie atr¨¢s, es crucial actuar e invertir m¨¢s para aumentar las oportunidades econ¨®micas, mejorar la educaci¨®n y ampliar la protecci¨®n social a todos, especialmente a los m¨¢s excluidos.

En 2022, alrededor del 9,2% de la poblaci¨®n mundial se enfrentaba a hambre cr¨®nica, lo que equivale a unos 735 millones de personas, 122 millones m¨¢s que en 2019. El hambre y la desnutrici¨®n representan obst¨¢culos para el desarrollo sostenible, pues la gente que las padece es menos productiva, m¨¢s propensa a la enfermedad y menos susceptible de mejorar sus medios de subsistencia.

Para alimentar a los 735 millones de personas que padecen hambre hoy en d¨ªa y a los 2.000 millones adicionales que se espera que la sufran de aqu¨ª a 2050, es necesario un profundo cambio del sistema alimentario y agr¨ªcola a nivel global.

Para lograr el hambre cero de aqu¨ª a 2030, es imprescindible una acci¨®n coordinada urgente y soluciones pol¨ªticas que aborden las desigualdades arraigadas, transformen los sistemas alimentarios, inviertan en pr¨¢cticas agr¨ªcolas sostenibles y reduzcan y mitiguen el impacto de los conflictos y la pandemia en la nutrici¨®n y la seguridad alimentaria mundiales.

En los ¨²ltimos a?os, ha habido un avance en la mejora de la salud de las personas. 146 de 200 pa¨ªses o zonas ya han alcanzado o est¨¢n en v¨ªas de alcanzar la meta de los ODS de reducci¨®n de la mortalidad en los menores de 5 a?os. El tratamiento eficaz del VIH ha reducido las muertes relacionadas con el sida en el mundo en un 52% desde 2010 y se ha eliminado al menos una enfermedad tropical desatendida en 47 pa¨ªses.

Sin embargo, persisten las desigualdades en el acceso a la atenci¨®n sanitaria. La pandemia COVID-19 y otras crisis en curso han impedido avanzar hacia el Objetivo 3. La vacunaci¨®n infantil ha experimentado el mayor descenso en tres d¨¦cadas, y las muertes por tuberculosis y malaria han aumentado en comparaci¨®n con los niveles anteriores a la pandemia.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) constituyen un valiente compromiso con la erradicaci¨®n de las epidemias de sida, tuberculosis, malaria y otras enfermedades transmisibles de aqu¨ª a 2030. El objetivo es conseguir una cobertura sanitaria mundial y garantizar el acceso a medicinas y vacunas seguras y asequibles para todo el mundo.

Para superar estos contratiempos y subsanar las deficiencias de larga data de la atenci¨®n sanitaria, es necesario aumentar la inversi¨®n en los sistemas de salud para apoyar a los pa¨ªses en su recuperaci¨®n y generar resiliencia frente a futuras amenazas sanitarias.

Los progresos hacia una educaci¨®n de calidad ya eran m¨¢s lentos de lo necesario antes de la pandemia, pero el COVID-19 ha tenido repercusiones devastadoras en la educaci¨®n, pues ha provocado p¨¦rdidas de aprendizaje en 4 de cada 5 de los 104 pa¨ªses estudiados.

Si no se adoptan medidas adicionales, unos 84 millones de ni?os y j¨®venes permanecer¨¢n sin escolarizar y aproximadamente 300 millones de estudiantes carecer¨¢n de las competencias b¨¢sicas en aritm¨¦tica y alfabetizaci¨®n necesarias para el ¨¦xito en la vida.

Adem¨¢s de la gratuidad de la educaci¨®n primaria y secundaria para todos los ni?os y ni?as de aqu¨ª a 2030, el objetivo es conseguir un acceso igualitario a una formaci¨®n profesional asequible, eliminar las desigualdades de g¨¦nero y de riqueza, y lograr el acceso universal a una educaci¨®n superior de calidad.

La educaci¨®n es la clave que permitir¨¢ lograr muchos otros Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Cuando la gente recibe una educaci¨®n de calidad, es capaz de salir del c¨ªrculo de la pobreza.

La educaci¨®n ayuda a reducir las desigualdades y conseguir la igualdad de g¨¦nero. Tambi¨¦n permite a los pueblos de todo el mundo vivir de manera m¨¢s saludable y sostenible. La educaci¨®n tambi¨¦n resulta crucial para fomentar la tolerancia entre la gente y contribuye a construir sociedades m¨¢s pac¨ªficas.

Para cumplir el Objetivo 4, la financiaci¨®n de la educaci¨®n debe convertirse en una prioridad de inversi¨®n nacional. Adem¨¢s, son esenciales medidas como la gratuidad y obligatoriedad de la ense?anza, el aumento del n¨²mero de profesores, la mejora de las infraestructuras escolares b¨¢sicas y la adopci¨®n de la transformaci¨®n digital.

Las mujeres y las ni?as representan la mitad de la poblaci¨®n mundial y, por tanto, la mitad de su potencial. No obstante, la desigualdad persiste en todas partes del mundo y frena el progreso social.

De media, las mujeres trabajadoras siguen ganando un 23% menos que los hombres a nivel global. Igualmente, las mujeres dedican en promedio unas tres veces m¨¢s de tiempo que los hombres a tareas dom¨¦sticas y cuidados no remunerados.

La violencia y la explotaci¨®n sexuales, el reparto desigual de los cuidados y de las tareas dom¨¦sticas no remuneradas, as¨ª como la discriminaci¨®n en la funci¨®n p¨²blica siguen representado grandes barreras. Todas estas ¨¢reas de desigualdad se han visto agravadas por la pandemia de COVID-19: se han multiplicado los casos de violencia sexual, las mujeres han tenido que asumir m¨¢s tareas relacionadas con los cuidados debido al cierre de las escuelas y el 70% de los trabajadores sanitarios y sociales a nivel global son mujeres.

Al ritmo actual, se calcula que se tardar¨¢ 300 a?os en acabar con el matrimonio infantil, 286 a?os en colmar las lagunas en la protecci¨®n jur¨ªdica y eliminar las leyes discriminatorias, 140 a?os en que las mujeres est¨¦n representadas en pie de igualdad en puestos de poder y liderazgo en el lugar de trabajo, y 47 a?os en lograr la igualdad de representaci¨®n en los parlamentos nacionales.

Para derribar los obst¨¢culos sist¨¦micos que impiden alcanzar el Objetivo 5, se necesita liderazgo pol¨ªtico, as¨ª como inversiones y reformas pol¨ªticas integrales. La igualdad de g¨¦nero es un objetivo transversal y debe ser un punto clave de las pol¨ªticas, los presupuestos y las instituciones a escala nacional.

La igualdad de g¨¦nero no es s¨®lo un derecho humano fundamental, sino que tambi¨¦n es la base necesaria para un mundo pac¨ªfico, pr¨®spero y sostenible.

El acceso al agua, al saneamiento y a la higiene es un derecho humano. A¨²n al d¨ªa de hoy, millones de personas siguen enfrent¨¢ndose a obst¨¢culos diarios para acceder incluso al m¨¢s b¨¢sico de los servicios.

Se prev¨¦ que la escasez de agua aumente con el incremento de la temperatura de la tierra como consecuencia del cambio clim¨¢tico. En 2020, 2.400 millones de personas viv¨ªan en pa¨ªses afectados por estr¨¦s h¨ªdrico.

En 2022, 2.200 millones de personas segu¨ªan careciendo de agua potable gestionada de forma segura, entre las cuales 703 millones no gozaban de un servicio b¨¢sico de agua. Al mismo tiempo, 3.500 millones de personas carec¨ªan de saneamiento gestionado de forma segura, de los cuales 1.500 millones no ten¨ªan servicios b¨¢sicos de saneamiento; y 2.000 millones carec¨ªan de una instalaci¨®n b¨¢sica para lavarse las manos, de los cuales 653 millones no ten¨ªan ning¨²n tipo de instalaci¨®n para lavarse las manos.

Ha habido avances positivos. Entre 2015 y 2022, la proporci¨®n de la poblaci¨®n mundial con acceso a agua potable gestionada de forma segura aument¨® del 69 al 73%.

Entre las acciones necesarias para asegurar un acceso universal a un agua potable segura y asequible para todo el mundo de aqu¨ª a 2030, se encuentran las inversiones en infraestructuras e instalaciones de saneamiento, la protecci¨®n y la restauraci¨®n de ecosistemas relacionados con el agua y la educaci¨®n en materia de higiene.

Pero a¨²n no estamos en v¨ªas de alcanzar el Objetivo 6 para 2030. Para volver al buen camino, algunas de las estrategias clave consisten en aumentar la inversi¨®n y la capacitaci¨®n en todo el sector, promover la innovaci¨®n y la acci¨®n con base emp¨ªrica, mejorar la coordinaci¨®n intersectorial y la cooperaci¨®n entre todas las partes interesadas, y adoptar un enfoque m¨¢s integrado y hol¨ªstico para la gesti¨®n del agua.

Nuestra vida diaria depende de una energ¨ªa segura y asequible. Del mismo modo, el consumo de energ¨ªa es el principal factor responsable del cambio clim¨¢tico, pues representa aproximadamente el 60% de las emisiones mundiales totales de gases de efecto invernadero.

De 2015 a 2021, la proporci¨®n de la poblaci¨®n mundial con acceso a electricidad aument¨® del 87 al 91%. En 2021, los pa¨ªses en desarrollo instalaron la cifra r¨¦cord de 268 vatios per c¨¢pita de capacidad de generaci¨®n de energ¨ªa renovable. No obstante, en 2021 segu¨ªa habiendo unos 675 millones de personas en el mundo sin acceso a la electricidad.

Para garantizar un acceso universal a una electricidad asequible de aqu¨ª a 2030 es necesario invertir en fuentes de energ¨ªa limpia, como la solar, la e¨®lica y la t¨¦rmica. El desarrollo de las infraestructuras y la renovaci¨®n de la tecnolog¨ªa para ofrecer una energ¨ªa limpia en todos los pa¨ªses en desarrollo es un objetivo esencial que puede tanto fomentar el crecimiento como contribuir al medio ambiente.

Para garantizar el acceso a la energ¨ªa para todos de aqu¨ª a 2030, debemos acelerar la electrificaci¨®n, aumentar las inversiones en energ¨ªas renovables, mejorar la eficiencia energ¨¦tica y desarrollar pol¨ªticas y marcos normativos propicios.

M¨²ltiples crisis amenazan seriamente la econom¨ªa mundial. Se prev¨¦ que el crecimiento real del PIB per c¨¢pita mundial se ralentice en 2023 y, con unas condiciones econ¨®micas cada vez m¨¢s dif¨ªciles, m¨¢s trabajadores recurren al empleo informal.

A nivel global, la productividad del trabajo ha aumentado y los ¨ªndices de desempleo se han reducido. No obstante, es necesario seguir progresando para mejorar las oportunidades laborales, especialmente para los j¨®venes, con el fin de reducir el trabajo informal y las desigualdades del mercado laboral (en particular, en lo relativo a la brecha salarial entre hombres y mujeres), fomentar entornos de trabajo seguros y mejorar el acceso a servicios financieros, y asegurar as¨ª un crecimiento econ¨®mico sostenido e inclusivo.

La tasa de desempleo mundial se redujo significativamente en 2022, pues cay¨® hasta el 5,4% desde un m¨¢ximo del 6,6% en 2020, a medida que las econom¨ªas empezaban a recuperarse del impacto de la pandemia de COVID-19. Esta tasa fue inferior al nivel previo a la pandemia del 5,5% en 2019.

Una falta persistente de oportunidades de trabajo decente, la insuficiencia de las inversiones y un subconsumo contribuyen a la erosi¨®n del contrato social b¨¢sico, seg¨²n el cual todos debemos participar en el progreso. La creaci¨®n de puestos de trabajo de calidad sigue siendo un reto importante para casi todas las econom¨ªas.

La consecuci¨®n del Objetivo 8 exigir¨¢ una reforma en profundidad del sistema financiero para hacer frente al aumento de la deuda, la incertidumbre econ¨®mica y las tensiones comerciales, a la vez que se fomenta la igualdad de salarios y un trabajo decente para los j¨®venes.

La recuperaci¨®n de la industria manufacturera tras la COVID-19 es incompleta y desigual. El crecimiento mundial de la fabricaci¨®n se ralentiz¨® hasta el 3,3% en 2022, en comparaci¨®n con el 7,4% de 2021.

No obstante, el porcentaje que supone este sector en los pa¨ªses menos adelantados (PMA) sigue siendo bajo, lo que plantea un serio reto para el objetivo de doblar la proporci¨®n que representa esta industria en el PIB de aqu¨ª a 2030. Sin embargo, las industrias de tecnolog¨ªa media-alta y alta registraron s¨®lidos ¨ªndices de crecimiento.

En 2022, la red de banda ancha m¨®vil alcanzaba al 95% de la poblaci¨®n mundial, pero en algunas zonas los servicios siguen siendo insuficientes.

Las inversiones en infraestructuras, como transportes, irrigaci¨®n, energ¨ªa y tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n, son cruciales para lograr el desarrollo sostenible y el empoderamiento de las comunidades en muchos pa¨ªses.

Para alcanzar el Objetivo 9 en 2030, tambi¨¦n es esencial apoyar a los PMA, invertir en tecnolog¨ªas avanzadas, reducir las emisiones de carbono y aumentar el acceso a la banda ancha m¨®vil.

La desigualdad amenaza el desarrollo econ¨®mico y social a largo plazo, perjudica a la reducci¨®n de la pobreza y destruye el sentido de satisfacci¨®n personal y la autoestima de la gente.

En la mayor¨ªa de los pa¨ªses, los ingresos del 40% m¨¢s pobre de la poblaci¨®n han crecido m¨¢s r¨¢pidamente que la media nacional. Sin embargo, los nuevos datos, a¨²n no concluyentes, sugieren que la COVID-19 puede haber hecho mella en esta tendencia positiva de reducci¨®n de la desigualdad dentro de los pa¨ªses.

La pandemia ha provocado el mayor aumento de la desigualdad entre pa¨ªses en tres d¨¦cadas.

Para reducir la desigualdad tanto dentro de los pa¨ªses como entre ellos, es necesario distribuir equitativamente los recursos, invertir en educaci¨®n y desarrollo de capacidades, aplicar medidas de protecci¨®n social, luchar contra la discriminaci¨®n, apoyar a los grupos marginados y fomentar la cooperaci¨®n internacional para conseguir un comercio y unos sistemas financieros justos.

La mitad de la poblaci¨®n mundial vive en las ciudades y se prev¨¦ que alcance el 70% en 2050.

En el mundo en desarrollo, el r¨¢pido crecimiento de las ciudades, junto con el incremento de la migraci¨®n de las zonas rurales a las urbanas, ha desembocado en el auge de las megal¨®polis. En 1990, hab¨ªa diez megal¨®polis con 10 millones de habitantes o m¨¢s. En 2014, hab¨ªa 28 megal¨®polis, que albergaban un total de 453 millones de personas.

Esta r¨¢pida urbanizaci¨®n supera el desarrollo de la vivienda, las infraestructuras y los servicios, lo que ha provocado un aumento de los barrios marginales o las condiciones que se dan en ellos. En 2020, se calcula que 1.100 millones de residentes urbanos viv¨ªan en barrios marginales o en condiciones similares. En los pr¨®ximos 30 a?os, se espera que otros 2.000 millones de personas vivan en asentamientos de este tipo.

El desarrollo sostenible no puede lograrse sin transformar significativamente la forma en la que se construyen y gestionan los espacios urbanos.

Para que las ciudades sean seguras y sostenibles, hay que garantizar el acceso a una vivienda segura y asequible, mejorar los asentamientos chabolistas, invertir en transporte p¨²blico, crear espacios verdes y actualizar la planificaci¨®n y la gesti¨®n urbanas de una forma tanto participativa como inclusiva.

Si la poblaci¨®n mundial alcanzara la cifra de 9.800 millones en 2050, necesitar¨ªamos el equivalente a tres planetas para conseguir los recursos naturales necesarios para mantener nuestros estilos de vida actuales.

Las crisis mundiales provocaron un resurgimiento de las subvenciones a los combustibles f¨®siles, que casi se duplicaron de 2020 a 2021.

Se calcula que en 2021 los gobiernos gastaron 732.000 millones de d¨®lares en subvenciones al carb¨®n, al petr¨®leo y al gas, casi el doble de los 375.000 millones gastados en 2020.

En 2021, aunque 828 millones de personas pasaban hambre, el 13,2% de los alimentos del mundo se perd¨ªan despu¨¦s de la cosecha a lo largo de la cadena de suministro desde la granja hasta el consumidor.

La tendencia hacia la elaboraci¨®n de informes en materia de sostenibilidad va en aumento, y alrededor del 70% de las empresas supervisadas publicaban informes sobre sostenibilidad en 2021.

En 2022, 67 gobiernos nacionales informaron al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente sobre la aplicaci¨®n de pol¨ªticas y planes de acci¨®n en relaci¨®n con la contrataci¨®n p¨²blica sostenible, lo que supone un aumento del 50% con respecto a 2020.

Es necesario apoyar a los pa¨ªses en desarrollo para que puedan adoptar modelos de consumo m¨¢s sostenibles de aqu¨ª a 2030.

El cambio clim¨¢tico afecta a todos los pa¨ªses de todos los continentes. Las actividades humanas son las causantes y supone una amenaza para el futuro de nuestro planeta. Con el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, el cambio clim¨¢tico se est¨¢ produciendo mucho m¨¢s r¨¢pido de lo previsto y sus efectos se evidencian claramente en todo el mundo.

Este impacto se observa en el cambio de las condiciones climatol¨®gicas, el aumento del nivel del mar y la proliferaci¨®n de fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos. Si no se controla, el cambio clim¨¢tico invalidar¨¢ gran parte de los avances realizados durante los ¨²ltimos a?os en materia de desarrollo. Tambi¨¦n provocar¨¢ migraciones en masa que se traducir¨¢n en inestabilidad y guerras.

Entre 2010 y 2020, las regiones altamente vulnerables, en las que viven aproximadamente entre 3.300 y 3.600 millones de personas, registraron tasas de mortalidad humana por inundaciones, sequ¨ªas y tormentas 15 veces superiores a las de las regiones con una vulnerabilidad muy baja.

El nivel del mar sigui¨® subiendo en 2022, alcanzando un nuevo r¨¦cord desde las mediciones por sat¨¦lite de 1993.

Ya hay disponibles soluciones asequibles y escalables para permitir a los pa¨ªses dar el salto a econom¨ªas m¨¢s limpias, m¨¢s resilientes y de bajo consumo de carbono.

El cambio clim¨¢tico es un desaf¨ªo global que exige una cooperaci¨®n internacional coordinada.

Los oc¨¦anos abarcan tres cuartos de la superficie de la tierra, contienen el 97% del agua terrestre y representan el 99% del espacio vital del planeta en t¨¦rminos de volumen.

Los oc¨¦anos de todo el mundo son una fuente de recursos naturales esenciales, como alimentos, medicinas, biocombustibles y otros productos; contribuyen a la descomposici¨®n y eliminaci¨®n de los residuos y la contaminaci¨®n, y sus ecosistemas costeros act¨²an como defensa para reducir los da?os provocados por las tormentas.

Sin embargo, la contaminaci¨®n marina est¨¢ alcanzando niveles alarmantes, con m¨¢s de 17 millones de toneladas m¨¦tricas que obstru¨ªan el oc¨¦ano en 2021, cifra que se duplicar¨¢ o triplicar¨¢ de aqu¨ª a 2040.

Actualmente, el pH medio del oc¨¦ano es de 8,1, aproximadamente un 30% m¨¢s ¨¢cido que en la etapa preindustrial. La acidificaci¨®n de los oc¨¦anos supone una amenaza para la supervivencia de la vida marina, perturba la cadena alimentaria y socava los servicios vitales que prestan los oc¨¦anos y nuestra propia seguridad alimentaria.

Resulta clave gestionar cuidadosamente este recurso global esencial para un futuro sostenible. Esto conlleva aumentar la financiaci¨®n destinada a las ciencias oce¨¢nicas, intensificar los esfuerzos de conservaci¨®n y cambiar urgentemente el rumbo del cambio clim¨¢tico para salvaguardar el mayor ecosistema del planeta.

Los ecosistemas terrestres son vitales para el sustento de la vida humana, contribuyen a m¨¢s de la mitad del PIB mundial y encierran diversos valores culturales, espirituales y econ¨®micos.

La cobertura forestal mundial disminuy¨® del 31,9% en 2000 (4.200 millones de hect¨¢reas) al 31,2% (4.100 millones de hect¨¢reas) en 2020.

En 2021, la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) en apoyo de la biodiversidad aument¨® un 26,2%, pasando de 7.700 millones en 2020 a 9.800 millones.

En 2022, el 21% de las especies de reptiles estaban amenazadas.

Entre 2015 y 2019, al menos 100 millones de hect¨¢reas de tierras sanas y productivas se degradaron cada a?o, lo que repercuti¨® en la vida de 1.300 millones de personas.

Es necesario detener la deforestaci¨®n y restablecer el uso de los ecosistemas terrestres para reducir la p¨¦rdida de h¨¢bitats naturales y biodiversidad que forman parte de nuestro patrimonio com¨²n.

Las personas de todo el mundo deber¨ªan vivir sin miedo a sufrir cualquier forma de violencia y sentirse seguros en sus vidas, sea cual sea su etnia, sus creencias o su orientaci¨®n sexual.

Las muertes civiles directamente relacionadas con 12 de los conflictos m¨¢s mort¨ªferos del mundo aumentaron un 53% entre 2021 y 2022, lo que supone el primer aumento desde la adopci¨®n de la Agenda 2030 en 2015. El a?o 2022 fue testigo de un aumento de m¨¢s del 50% de las muertes de civiles relacionadas con conflictos.

Unos altos niveles de violencia armada y de inseguridad tienen un impacto destructivo en el desarrollo de un pa¨ªs.

La violencia sexual, el crimen, la explotaci¨®n y la tortura prevalecen all¨¢ donde existen conflictos o no hay Estado de Derecho. Los pa¨ªses deben tomar medidas para proteger a aquellos que est¨¢n m¨¢s expuestos a riesgos.

A finales de 2022, hab¨ªa 108,4 millones de desplazados forzosos en todo el mundo, lo que supone un aumento de 19 millones en comparaci¨®n con la cifra de finales de 2021 y dos veces y media la cifra de hace una d¨¦cada.

En 2021, se produjeron aproximadamente 458.000 homicidios dolosos, la cifra m¨¢s alta de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas.

Los gobiernos, la sociedad civil y las comunidades tienen que trabajar codo con codo para encontrar soluciones duraderas al conflicto y a la inseguridad. Resulta clave en este proceso fortalecer el estado de derecho y fomentar los derechos humanos, as¨ª como reducir el flujo de armas il¨ªcitas, combatir la corrupci¨®n y garantizar una participaci¨®n inclusiva en todo momento.

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es universal y representa un llamado a la acci¨®n a todos los pa¨ªses, tanto desarrollados como en desarrollo, para asegurar que nadie se quede atr¨¢s. Exige la colaboraci¨®n entre gobiernos, el sector privado y la sociedad civil.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible solo se pueden lograr con un s¨®lido compromiso con la colaboraci¨®n y la cooperaci¨®n globales.

La deuda externa total de los pa¨ªses de renta baja y media alcanz¨® los 9 billones de d¨®lares en 2021, lo que supuso un aumento del 5,6% respecto a 2020.

En 2022, las exportaciones mundiales aumentaron bruscamente un 12,3%, y el comercio mundial alcanz¨® la cifra r¨¦cord de 32 billones de d¨®lares.

En 2022, los flujos netos de asistencia oficial para el desarrollo (AOD) de los pa¨ªses miembros del Comit¨¦ de Asistencia para el Desarrollo (CAD) alcanzaron los 206.000 millones de d¨®lares.

Para obtener buenos resultados, todo el mundo tiene que movilizar tanto recursos existentes como otros adicionales, y los pa¨ªses desarrollados tendr¨¢n que cumplir con sus compromisos oficiales de ayuda al desarrollo.